Aprovechando el verano y para aquellos que tengáis una casita en la costa y hayáis pensado realizar algún pequeño cambio para mejorar su aspecto, este post os puede interesar, se trata de una pequeña transformación low cost que hice en una casa de playa.
Al ser una segunda residencia, no se quiso invertir mucho dinero, únicamente darle un pequeño lavado de cara para hacerla más atractiva.
Así que con lo que me gustan las transformaciones low cost, sin dudarlo me puse manos a la obra.
La casa tiene unos 25 años y salvo en el baño y la cocina donde se hicieron pequeñas reformas, el resto de estancias llevaba mucho tiempo sin tocar, por lo que necesitaban actualizar la decoración. El objetivo principal de esta renovación fue conseguir una mayor funcionalidad además de mejorar la estética.
Dormitorio principal
Como podréis apreciar en las fotos tiene unas dimensiones muy reducidas, por lo que el primer paso fue intentar ganar algo de amplitud visual con la elección de los colores. Se pintó de nuevo la habitación de blanco exceptuando el paño frontal que se le aplicó una tonalidad en gris para darle profundidad a la estancia.
Uno de los objetivos principales de esta renovación fue gastar lo menos posible y que mejor forma para ahorrar algo de dinero que reutilizando los antiguos muebles; de modo que el cabecero y la mesilla de madera se pintaron de blanco para darle un aspecto más luminoso al dormitorio.
El cambio de textiles fue otra de las claves de esta transformación, tanto las cortinas como la ropa de cama crearon un ambiente más ligero y agradable al dormitorio.
La cómoda que estaba en muy mal estado, se sustituyó por una nueva en color blanco con más cajones, permitiendo una mayor capacidad de almacenaje, algo que en habitaciones pequeñas es imprescindible.
El resto de accesorios completaron la renovación.
Habitación infantil
En este dormitorio escasean los metros, por lo que se utilizaron de nuevo colores claros en las paredes para ganar luminosidad en la estancia, aplicando la técnica de half painted (pintar a medias) en la pared frontal.
Al ser una habitación juvenil quise darle un toque playero y divertido, aplicando los colores preferidos del estilo costero: azul y blanco.
Para este dormitorio se cambiaron los colchones y se pusieron unos canapés, lo que multiplicó el espacio de almacenaje. Los cabeceros y mesillas se aprovecharon pintándolos de nuevo en blanco y la cómoda también se cambió por una doble.
Por último, los nuevos textiles y detalles decorativos permitieron el cambio completo.
Salón
Aquí se realizaron muy poquitos cambios, pero los suficientes como para darle un lavado de cara.
La mesa de centro se cambió por una más grande con almacenaje y elevable; se puso una balda sobre el sofá con láminas y algo de deco; unas cortinas y cojines nuevos y algún detalle decorativo, consiguieron un salón más agradable y acogedor.
En la zona de comedor, únicamente se cambiaron los cojines de las sillas y los taburetes de la barra de la cocina que junto con algún pequeño detalle decorativo crearon un espacio renovado.
Hasta aquí han llegado todos los cambios que se hicieron en esta casita de playa, espero que os hayan gustado y os inspire para darle un pequeño cambio a la vuestra por muy poco dinero.
¡Que gran trabajo Rocío!
Realmente parece otra. Has conseguido la luminosidad y comodidad que se requiere en un espacio así, combinándolos con detalles de exquisito buen gusto.
Me ha encantado
Besitos